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El “efecto remolino” o la incapacidad de resolver

Vivimos en un momento de la historia sin precedentes en cuanto a la diversidad de experiencias, variedad de estímulos y acumulación de información rápida y cambiante. Las generaciones anteriores a la nuestra vivían de una forma más pausada, con una gestión del tiempo ligada a los ciclos naturales y en un contexto de relaciones mucho más reducido. Y no se trata de volver al pasado ni defender un modo de vida que, -excepto que lo elijamos-, no tiene lugar generalmente en nuestro devenir cotidiano, pero sí es importante observar que los cambios han sido -en términos de tiempo histórico- realmente vertiginosos.

Algunas voces defienden incorporar el slow life -o vida lenta- dentro de nuestro habitual modo de vida, integrando actividades que promuevan una deceleración que nos ayude a liberarnos de este ritmo de vida tan apresurado que ha generado el ascenso de casos de ansiedad, falta de concentración, insomnio, etc. Descubre la noticia de blog  VALORANDO MI VALÍA  la cual te otorga un consejo muy importante que te ayudará a mantener estos males de hoy día a ralla.

¿Nos estamos perdiendo algo?

Sumada a esta condición cotidiana que podríamos valorar como una imposición externa, se da la circunstancia de que tanto estímulo y oferta lúdica nos conduce a una constante sensación de estar perdiéndonos algo, lo que nos hace colmar nuestro tiempo libre de experiencias diversas que, en ocasiones, lejos de ayudarnos a descansar, nos activan y estresan todavía más.

Al margen de los síntomas más o menos significativos que todo ello pueda causarnos, la falta de tiempo para pensar e interiorizar lo vivido en el día a día, hace que en ocasiones estemos abocados a lo que yo llamo el “efecto remolino”; esto es el movimiento mental repetido e incesante que se limita a observar aquello que nos incomoda sin llegar nunca a tomar una determinación al respecto.

Sin pausarnos, sin observarnos y sin cuestionar nuestro camino y nuestras elecciones de vida, no puede haber bienestar emocional. En caso de que te encuentres en esa dinámica en la que desde hace tiempo sabes que hay cosas en tu vida que no están bien, al mismo tiempo que te sientes incapaz de ver la forma de solucionarlas, un acompañamiento psicoterapéutico como la Terapia AMI puede ayudarte enormemente, dado que te reportará la pausa necesaria para dar espacio a lo que sientes, la luz para observarlo y la claridad para resolverlo. Conoce más sobre esta terapia aquí.

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